-En Ziracuaretiro, reunido con MaryLu Navarro y su planilla, destacó que la ola naranja, recoge incontables batallas cívicas y causas ciudadanas que durante años han sido soslayadas por las fuerzas políticas tradicionales
En Michoacán cada día que pasa se pinta más de naranja, porque lo nuevo va en serio para la consolidación de un futuro en el que la felicidad ¡es posible!, recalcó Víctor Manríquez González, delegado en la entidad de Movimiento Ciudadano.
En Ziracuaretiro, reunido con MaryLu Navarro y su planilla, Víctor Manríquez destacó que la ola naranja, recoge incontables batallas cívicas y causas ciudadanas que durante años han sido soslayadas por las fuerzas políticas tradicionales y asume el reto de traducirlas en acciones concretas que mejoren la calidad de vida de la gente bajo una premisa transversal: todos los derechos para todas las personas.
“Vamos a lograr un futuro naranja para Michoacán en torno a temas fundamentales de la vida pública y agendas cruciales para despojarnos de visiones anacrónicas y autoritarias, porque es posible conquistar la alegría y caminar hacia una realidad de justicia, derechos y libertades”.
Víctor Manríquez destacó que la ola naranja reivindicará la historia que hemos forjado con orgullo y que nos da identidad, pero que al mismo tiempo rompa con las prácticas de ese pasado que tanto daño le ha hecho a nuestra entidad.
“El futuro naranja es urgente y necesario, y entendemos que ésta solo será posible si levantamos la mirada hacia el futuro, porque lo vamos a imaginar y a construir con las personas, porque sólo con ellas existe la posibilidad de pensar una realidad diferente”.
Dijo que la gente entiende el momento histórico que vivimos, no merece el pasado de los gobiernos que institucionalizaron la corrupción y saquearon al Estado, pero tampoco el pasado de un gobierno que hoy se ha dedicado a construir pactos de impunidad y a hacer un uso selectivo de la justicia.
“Michoacán no merece vivir en esta crisis de múltiples caras en la que hoy se encuentra; en esta encrucijada, las decisiones que tomemos marcarán el rumbo durante generaciones, porque si dejamos que el Estado siga su curso actual, las consecuencias serán catastróficas”.